La Titán de Ávila

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El pelotón subiendo el Mojón (rima y todo…)

9 participantes salieron en 5 coches y una furgoneta desde Getafe a realizar la gran ruta de los Puertos Abulenses… El día ya prometía, organización lo primero 🙂
En Guadarrama nos esperaban dos más (Fer y Loverbiker) cada uno con su coche claro.
La ruta comenzaba a las 8 en punto y eran las 8:20h y algunos se estaban atando los cordones de las zapatillas y aplicándose crema solar
– Venga, qué tengo que llegar a comer a casa, esta tarde curro – decía uno.
– Mis hijas tienen esta tarde concurso de reggaeton y no puedo faltar – decía otro que empieza por L.
– Qué sí hombre, que ahora apretamos un poco y ya está, no os preocupéis – comentaba otro.

Pues … a los 10 minutos, PINCHAZO al canto.
– Venir aquí, en la parada del autobús lo reparamos, hay más espacio y un banco pa descansar – aclaró uno de ellos.

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Esperando al buho

Nuestro departamento mecánico, famoso por su eficacia… se puso manos a la obra y en 35 minutos (nuevo récord) estaba ya reparado.

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Departamento mecánico (próximo reto: reparar un pinchazo en menos que canta un gallo)

Eran las 9 de la mañana y no habíamos salido de la segunda rotonda de Guadarrama, madre mía.

– Hoy va a ser un día inolvidable Cigala, ya verás ya. Lo presiento… – comentaba Tupé a Cigala.
– ¿Sí, por qué? ¿me habéis traído velas pa soplar? – respondió. El día anterior fue su cumple (47) y el hombre esperaba algo como regalo; alguna cosilla de poca monta. Estrenaba sus zapatillas SIDI verde fluor, regalo de su familia. Estaba como Ragnar, el vikingo del arpa.

A duras penas conseguimos salir del bucle/laberinto y dirigirnos al primer escollo: el Mojón de Fresnedillas; una rampeja de cerca de 3kms con meta final en Robledo de Chavela (famoso por un túnel sin luz que tiene en mitad de la calle principal y que no se ve ni un pimiento).
Muy chulo el pueblo de Valdemaqueda, todavía en la Comunidad de Madrid, con su camping repleto de caravanas y gente dentro de ellas.

Como era de prever… ya no éramos ni grupeta ni na de na copón; cada uno por un lao. En cabeza los galgos: Flecha, Robledillo Power, Plumilla y no sé quién más. Los demás atrás charlando un poco y disfrutando del buen tiempo que hacía en aquel lugar.

Llegamos a Hoyo de Pinares, nos reagrupamos y nos hicimos una foto en la bifurcación del centro del bonito pueblo.
– ¿Tú cuál vas a hacer? – preguntaba uno.
– Yo la corta, estoy muy cansao y todavía nos quedan dos puertacos de aúpa – respondía uno.
– Yo la corta, tengo que ver la peli del Oeste que ponen en Telemadrid y empieza a las 15:30h. – comentaba otro.

Nos despedimos en ese lugar y cada uno tiró pa donde quiso. Los que hicieron la corta llegaron a las 14:30h. a Guadarrama. Nada más se supo de ellos.

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Bifurcación

El primer puerto serio, Arrebatacapas, desde el bonito pueblo de Cebreros, fue sin lugar a dudas duro de narices aunque sabíamos que era el primero, algunos tiraron y tiraron a más no poder.

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Puerto de Arrebatacapas (Cebreros, Ávila)

El avituallamiento programado era en Bartolomé de Pinares, famoso por su fiesta de Las Luminarias. Se encienden en las calles del pueblo un montón de hogueras y un centenar de caballos saltan por encima para que el humo les purifique y ahuyente a los malos espíritus. Esta tradición cuenta con más de doscientos años, cuando una epidemia mató a todos los caballos del pueblo.
Pues llegamos al pueblo y preguntamos dónde se podía tomar algo… Pufff, yo creo que dimos con el mejor bar. Había un jamón colgao y unos torreznos de escándalo así que al ataqueeeeee. Cigala se empeñó y nos invitó a todo (gracias).

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Torreznacos

Nubeblanca tenía el Garmin apagao debido a que disponía de poca batería. Era el único que lo llevaba y se fiaban todos de él.
Con la barriga llena nos pusimos en marcha dirección Herradón de Pinares, un pueblo muy chiquitín lleno de cruces muy confusos… hasta para un GPS.
Seguimos la AV-503 y comenzamos a subir un puerto. Se suponía que era el puerto del Mediano, Herradón, que previamente, nos habían comentado en el bar que era un muro de carga con un último km al 12% de media.
Subimos como pudimos, pero ya a alguien no le cuadraba mucho. No había ese muro del que todos hablaban. Las rampas eran menos duras… quizás al 6%.
Cuando nos quisimos dar cuenta estábamos en la cima del Puerto del Boquerón. Una pareja en una Vespa (guapísima) con más años que Matusalén, nos pasó y nos hicimos unas fotos con ellos. Les preguntamos por el puerto del Mediano, pero ignoraban donde se encontraba.

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Puerto de El Boquerón

– Bueno, estará más adelante. El siguiente a éste – pensó Nubeblanca sin mirar en track (lo llevaba apagao confiando en las nubes y el viento).
Ya bajando el puerto le da por encender el GPS (no se fiaba de las nubes, a lo lejos veía una ciudad con una muralla o algo parecido muy grande).
– ¡Madre mía! – se asustó. La fecha del GPS estaba a más de 20 kms del track inicial.
– ¿Qué hago?, ¿Cómo se lo digo a éstos? Me van a matar – pensó el pobre.

– ¿Vamos bien por aquí Tupé? – preguntaba Cigala.
– NO, nos hemos salido del track – respondía Nubeblanca muy afligido.
– ¡No me jodas! ¡Madre mía Javi! Si es que no pue ser, ¿Y ahora qué? Claro, si es que… !Aquello es Ávila! – enloquecía Cigala.

Cuando el resto del grupo recibió la noticia hubo como unas caras un poco de aquella manera (raras, con los ojos ensangrentaos diría yo). Caras que no habíamos visto nunca en la vida… Nubeblanca, muy sabio, iba unos metros más adelante que ellos por si las moscas…

Ya no había escapatoria, el cartel de «Ávila Golf» lo descubría todo.
¿Le pegamos? ¿Qué hacemos con él? – se leía en los labios de alguno de ellos.
– Dejarle, ya le cogeremos…

Sabíamos lo que nos esperaba. Un regreso duro, muy duro. Nos quedaban 80kms hasta nuestro destino.
Con el viento de cara subimos el puerto entre Tornadizos de Ávila y la Cañada (unos 14kms) y allí nos reagrupamos todos.
– Podemos pedir un taxi que nos acerque hasta Guadarrama y coger el furgón – comentaba Nubeblanca muy triste, cabizbajo.
No estaban tan enfadaos, todo lo contrario, tenían un semblante bueno, simpáticos
Qué no; ya acabamos la ruta; tampoco queda demasiado – comentaban.
– Nos tomamos una cerveza y un bocata en el siguiente pueblo y tiramos palante copón.
Paramos en una gasolinera cerca de Las Navas del Marqués para repostar (no sé muy bien quién, pero hubo uno que sacó algo raro y lo echó en el bidón…) y a dos de los peregrinos se les hizo muy tarde y tuvieron que coger el tren. La hora estimada de terminar la ruta eran las 19:00h.
Los demás llegaron a las Navas del Marqués giraron hacia el Escorial no sin antes «disfrutar» del Puerto de la Paradilla una rampeja de unos 8kms ya pa rematarlos.
Bajamos el puerto de la Cruz Verde en dirección el Escorial y en una rotonda:
¡Se nos ha perdío Chicote! – gritó Cigala.
– Me cagüen, pero ¿dónde está? Lo que faltaba…

Más tarde (a los 20minutos) apareció y nos comentó que estuvo curioseando un poco en el camping del Escorial, que estaba de lujo, que no descartaba adquirir algo por allí.
Eran las 18:00h cuando llegamos a Guadarrama. Habían pasado más de 10 horas y todavía estábamos en pie.
La alegría de haber acabado una ruta tan dura nos invadía a todos, se nos saltaban las lágrimas.
Al final 180kms con 3500 metros de desnivel (track).
El cuerpo humano no tiene límites todo está en la mollera 🙂
Muchas gracias a todos.

Álbum de fotos.

PD.- Nubeblanca era consciente en todo momento de lo que hacía 😉

Un saludo,